Kiwiastur ofrece al consumidor un kiwi como recién cogido del árbol. Para ello, tras una cuidadosa recolección manual en nuestras fincas, pasa por un delicado y exhaustivo proceso de recepción, limpieza, conservación, calibrado, envasado y etiquetado mediante maquinaria específica, pero siempre bajo supervisión humana.
Instalaciones
Recepción y almacenaje
Cuando llega a nuestras instalaciones, cada partida es identificada y controlada por agricultor, grado Brix, materia seca, finca, fecha de recolección, lote, etc.
Una vez recepcionados, los frutos pasan un mínimo de 24 horas en el área de secado para que las heridas causadas en el pedúnculo durante su recolección cicatricen de manera natural.
De ahí son trasladados a las cámaras frigoríficas y de atmósfera controlada para lograr una conservación óptima, ralentizando la maduración y evitando pérdidas por podredumbre.
Las cámaras frigoríficas enfrían la fruta gradualmente, alcanzándose la temperatura de conservación a los 10 o 15 días de la recepción, en función de la temperatura de entrada.
Cuentan, además, con equipos de control de etileno y enfermedades que esterilizan el aire de las propias cámaras mediante corrientes eléctricas, y con humidificadores que ayudan a mantener la tersura e integridad de los frutos.
Cuando salen de las cámaras, los kiwis siguen su proceso natural.
Calibrado y envasado
Para garantizar la uniformidad en la clasificación de la fruta, su presentación para los distribuidores y las condiciones de llegada al consumidor final, trabajamos «just in time», preparando y envasando el kiwi tras la recepción del pedido del cliente.
En la máquina calibradora se retiran manualmente, en un primer filtrado, los kiwis no aptos. Después pasan por una cámara detectora donde se eliminan aquellos que presentan deformidades. En este punto se hace también el cepillado que elimina los posibles restos de tierra y el pelo típico de este fruto.
El calibrado atiende al reglamento (CE) No1673/2004 de 24 de septiembre de 2004, que establece la norma de comercialización aplicable a los kiwis en la UE.
El kiwi ya calibrado se envasa de forma normalizada, aunque se puede estudiar en cada caso la personalización para el cliente.
Expedición
Con los kiwis envasados se preparan palés de diferentes dimensiones, según el cliente al que vayan dirigidos.
Cada caja se identifica con su lote y trazabilidad, y pasa a las cámaras de expedición, donde se mantienen en frío hasta que los camiones frigoríficos las recogen para su traslado a destino.
En esta fase de manipulación también se controlan la temperatura, la humedad relativa y los niveles de etileno para mantener la fruta en condiciones óptimas.
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